lunes, 10 de febrero de 2014

FIGURAS RETÓRICAS


-TEORÍA Y PRÁCTICA DE FIGURAS RETÓRICAS






LAS FIGURAS RETÓRICAS
(DEFINICIÓN Y EJEMPLOS)
1.- INTRODUCCIÓN
Figuras retóricas, palabra o grupo de palabras utilizadas para dar énfasis a una idea o sentimiento. El énfasis deriva de la desviación consciente del hablante o creador con respecto al sentido literal de una palabra o al orden habitual de esa palabra o grupo de palabras en el discurso.

2.- FIGURAS DE REPETICIÓN.

2.1.- Aliteración.

Consiste en la repetición de uno o más sonidos en un verso, con el fin de imitar un sonido y transmitir una sensación. (Ej. “En el silencio sólo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba”, de Garcilaso).

2.2.- Anadiplosis o concatenación.

Consiste en la repetición de la última palabra de un verso al principio del verso siguiente. (Ej. “Nadie ama solamente un corazón: / un corazón no sirve sin un cuerpo”, de José Mª Fonollosa).

2.3.- Epanadiplosis.

Consiste en comenzar y terminar un verso con la misma palabra. (Ej. “Verde que te quiero verde”, de Lorca).

2.4.- Anáfora.

La anáfora consiste en repetir una o más palabras al principio de varias frases o versos para conseguir efectos sonoros o remarcar una idea. (Ej. “Temprano levantó la muerte el vuelo, / temprano madrugó la madrugada, / temprano levantó la muerte el vuelo”, de Miguel Hernández).

2.5.- Epífora.

La epífora consiste en la repetición de una o más palabras al final de varias frases o versos para conseguir efectos sonoros o remarcar una idea. (Ej. “No digáis que la muerte huele a nada, / que la ausencia de amor huele a nada, / que la ausencia del aire, de la sombra huelen a nada”, de Vicente Aleixandre).

2.6.- Paralelismo.

Consiste en la repetición de estructuras sintácticas semejantes. (Ej. “Que por mí vayan todos / los que no las conocen, a las cosas; / que por mí vayan todos / los que ya las olvidan, a las cosas... “ de Juan Ramón Jiménez).

2.7.- Pleonasmo.

Consiste en el empleo de palabras redundantes o innecesarias para la comprensión del texto. (Ej. “De los sus ojos tan fuerte mientre llorando / tornava la cabeça y estava los catando”, de El Cantar de Mio Cid).

2.8.- Onomatopeya.

Imitación con palabras de sonidos naturales, y permite reproducir ciertos efectos auditivos y hasta emotivos mediante la repetición de determinados fonemas. (Ej. “Buster Keaton busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca”, de Rafael Alberti).

2.9.- Apóstrofe.

Mediante el apóstrofe, el hablante interrumpe el discurso para dirigirse a una persona ausente o muerta, a un objeto inanimado, a una idea abstracta, a quienes lo escuchan o leen o a sí mismo. Es frecuente, por tanto, en la plegaria, en los soliloquios o monólogos, en las invocaciones, etc. (Ej. “En ti estás todo, mar, y sin embargo, / ¡qué sin ti estás, qué solo”, de Juan Ramón Jiménez).
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2.10.- Polisíndeton.

Consiste en la repetición de las conjunciones copulativas en uno o varios versos, evitando así el uso de los signos de puntuación y dotando al texto de velocidad y dinamismo. (Ej. “Soy un fue y un será y un es cansado. / En el hoy y mañana y ayer junto/ pañales y mortaja y he quedado / presentes sucesiones de difunto…” de Francisco de Quevedo).

2.11.- Asíndeton.

Consiste en la omisión de las conjunciones copulativas en uno o varios versos, sustituyéndolas por signos de puntuación, fundamentalmente comas. Consigue que el ritmo de texto sea más pausado. (Ej. Acude, acorre, vuela / traspasa la alta sierra, ocupa el llano” de Fray Luis de León).

2.12.- Enumeración o gradación.

La enumeración ascendente o gradatio consiste en disponer palabras, cláusulas o periodos según su orden de importancia o según un criterio de gradación ascendente. (Ej. “y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada”, de Federico García Lorca).
En la enumeración descendente o degradatio se da una serie de ideas que abruptamente disminuye en dignidad e importancia al final de un periodo o pasaje, generalmente para lograr un efecto satírico. (Ej. “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”, de Luis de Góngora).

2.13.- Exclamación retórica.

Forma del lenguaje que expresa una emoción intensa como el temor, el dolor o la sorpresa. Se distingue por la entonación a la que normalmente acompañan, aunque no siempre, los signos exclamativos. (Ej. “¡Qué gran torero en la plaza! / ¡Qué buen serrano en la sierra! / ¡Qué blando con las espigas! / ¡Qué duro con las espuelas!” de Lorca).

2.14.- Interrogación retórica.

La interrogación, desde el punto de vista retórico, es aquella que no se realiza para obtener información sino para afirmar con mayor énfasis la respuesta contenida en la pregunta misma o, en otros casos, la ausencia o imposibilidad de respuesta. (Ej. “Palacio, buen amigo, / ¿está la primavera / vistiendo ya las ramas de los chopos / del río y los caminos?” de Antonio Machado).

3.- FIGURAS DE SIGNIFICADO.
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3.1.- Antítesis o contraste.

En la antítesis se produce aproximación de dos palabras, frases, cláusulas u oraciones de significado opuesto, con el fin de enfatizar el contraste de ideas o sensaciones. (Ej. “A mis soledades voy, / de mis soledades vengo, / ni estoy bien ni mal conmigo “ de Félix Lope de Vega).

3.2.- Hipérbole.

La hipérbole consiste en exagerar los rasgos de una persona o cosa, ya por exceso, ya por defecto, y que lleva implícita una comparación o una metáfora. (Ej. “Érase un hombre a una nariz pegado”, de Francisco de Quevedo).

3.3.- Símil o comparación.

El símil establece un vínculo entre dos clases de ideas u objetos, a través de la conjunción comparativa “como”. (Ej. “tu cabello sombrío/ como una larga y negra carcajada” de Ángel González).

3.4.- Antonomasia.

Esta figura consiste en servirse de un adjetivo —que funciona como apelativo— o de una perífrasis que sustituyen a un nombre propio, partiendo de la idea de que le corresponde de manera incuestionable. Está muy relacionada con la metonimia y la sinécdoque, dado que implica una relación en la que lo específico (el individuo) es identificado mediante una fórmula genérica (la especie). Así, por ejemplo, Simón Bolívar es el Libertador; Jesucristo es llamado el Salvador; Alfred Hitchcock, el maestro del suspense. La antonomasia también incluye el procedimiento contrario: muchos nombres propios se han convertido en representación de los atributos del personaje originario y se utilizan como sustantivos comunes. En este caso, lo genérico es sustituido por lo individual. Así ocurre con ‘donjuán’, ‘quijote’, ‘celestina’, ‘hércules’, ‘tarzán’. (Ej. “Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido”, de Antonio Machado).

3.5.- Personificación o prosopopeya.

Representación de objetos inanimados o ideas abstractas como seres vivientes. Es frecuente en la fábula. (Ej. “cuyas ovejas al cantar sabroso / estaban muy atentas, los amores, / de pacer olvidadas, escuchando”, de Garcilaso).

3.6.- Metáfora.

Consiste en la identificación de un término real con otro imaginario entre los que exista alguna relación. No es necesario que aparezcan los dos términos de la identificación. (Ej. “Mientras por competir con tu cabello / oro bruñido al sol relumbra en vano” de Luis de Góngora).

3.7.- Sinestesia.

La sinestesia consiste en la unión de dos imágenes que pertenecen a diferentes mundos sensoriales, como “verde chillón”, donde lo visual se une con lo auditivo. Algunos estudiosos la consideran una variante de la metáfora. (Ej. “Un manotazo duro, un golpe helado, /un hachazo invisible y homicida” de Miguel Hernández).

3.8.- Alegoría.

Conjunto de metáforas. Consiste en transformar el sentido global de un texto para expresar una idea distinta utilizando el proceso de la metáfora. (Ej. Nuestras vidas son los ríos / que van a dar en la mar, / que es el morir; / allí van los señoríos / derechos a se acabar / y consumir; / allí los ríos caudales, / allí los otros medianos / y más chicos, / allegados, son iguales / los que viven por sus manos / y los ricos” de Jorge Manrique).

3.9.- Concepto.

Metáfora elaborada, a menudo extravagante, que establece una analogía entre cosas totalmente disímiles. El uso de conceptos es especialmente característico de la poesía del siglo XVII y ha dado el nombre al conceptismo español, representado especialmente por Francisco de Quevedo y por Baltasar Gracián.

3.10.- Eufemismo.

Sustitución de un término o frase que tiene connotaciones desagradables o indecorosas por otros más delicados o inofensivos. (Ej. “Y a la mitad del camino, / bajo las ramas de un olmo, / guardia civil caminera / lo llevó codo con codo”, de Lorca, que evita así hablar de “detención”).

3.11.- Lítotes.

La lítotes (o lítote o litotes), también llamada atenuación, consiste en decir menos para decir más. El procedimiento de la disminución es complementario del aumento propio de la hipérbole. Es muy frecuente en la lítotes el recurso de la negación, es decir, negar lo contrario de lo que se quiere afirmar. (Ej. “Vio (D. Quijote) no lejos del camino una venta que fue como si viera una estrella que no a los portales, sino a los alcázares de su redención le encaminaba”, de Miguel de Cervantes).

3.12.- Metonimia y sinécdoque.

Uso de una palabra o frase por otra con la que tiene una relación de contigüidad, como el efecto por la causa (la “dolorosa”, por la cuenta que hay que pagar), lo concreto por lo abstracto (“unos nacen con estrella...”), el instrumento por la persona que lo utiliza (“una de las mejores plumas del país” por un escritor determinado) y otras construcciones similares. Borges cita dos ejemplos de Lugones: “áridos camellos” y “lámparas estudiosas”, y uno de Virgilio: “Ibant obscuri sola sub nocte per umbras” (Iban oscuros bajo la noche sola entre las sombras). En todos ellos puede hablarse de desplazamientos metonímicos. El efecto metonímico puede observarse en los cuadros del pintor Giuseppe Arcimboldo, en los que cada personaje es retratado a través de los objetos que representan su función: el busto de El bibliotecario está formado por libros, por ejemplo.

Mientras que la metonimia se rige por relaciones de contigüidad, en la sinécdoque dominan las de inclusión: el todo por la parte, la parte por el todo, la especie por el género y viceversa, el singular por el plural. Puede estudiarse, como todas las demás figuras, en otras artes y no sólo en la literatura: la mano que aprieta el gatillo (es una parte del todo, persona), los pies suspendidos del ahorcado.
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3.13.- Paradoja.

Enunciado que resulta absurdo para el sentido común o para las ideas preconcebidas. Ejemplos: “vivo en conversación con los difuntos/ y escucho con mis ojos a los muertos” (Quevedo); “murió mi eternidad/ y estoy velándola” (César Vallejo).
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4.- FIGURAS DE DICCIÓN.
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4.1.- Calambur.

Se produce cuando las sílabas de una o más palabras agrupadas de otra manera dan un significado diferente y hasta contradictorio. Además de su uso literario también se utiliza mucho en retahílas, adivinanzas y juegos de palabras, propios del lenguaje oral, como “Y lo es, y lo es, quien no lo adivine tonto es” (Hilo es, hilo es...); “Lana sube, lana baja” (la navaja). Un ejemplo literario se encuentra en la frase mordaz que utilizó Francisco de Quevedo para referirse a Lope de Vega: “A este Lopico” (A éste, lo pico).

4.2.- Metátesis.

Es una figura en la preceptiva tradicional y se produce cuando un sonido cambia de lugar en una palabra. También es un fenómeno frecuente en el habla vulgar, como “Grabiel” por Gabriel o “cocreta” por croqueta. Esta transposición era muy frecuente en latín vulgar y a ella se deben muchas voces del léxico español: así, la palabra latina perículu(m) en latín vulgar era periglo, y ésta en castellano derivó, por metátesis, en peligro; el mismo fenómeno se produjo en spatula(m) > espadla > espalda.

4.3.- Paragoge.

Se considera figura retórica, licencia métrica o expresión coloquial y consiste en añadir un sonido al final de una palabra, así “huéspede” por huésped. Entre otros ejemplos literarios pueden citarse el “Ay mísero de mí/ay infelice” de Calderón de la Barca y los siguientes versos de un texto medieval: “De las dos hermanas, dose,/ ¡válame la gala de la menore!”. En español, la paragoge ha sido muy utilizada para la incorporación de vocablos extranjeros que acababan en una consonante extraña en esa posición. así, de club, ‘clube’; de telephon, ‘teléfono’; de diskett, ‘disquete’. A veces, no obstante, se producen incorrecciones tratando de seguir esta tendencia de la lengua española y es considerado un vulgarismo decir ‘fraque’ por frac.

4.4.- Paronomasia.

Combinación de palabras que tienen una fonética parecida pero un significado distinto; por ejemplo, este verso de Francisco de Quevedo: “Con dados ganan condados”. Es un recuso muy utilizado en adivinanzas, retahílas, cuentos tradicionales y chistes: “Poco a poco hila la vieja el copo”.
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