lunes, 12 de marzo de 2012

PARA EL COMENTARIO DE TEXTO. MODELOS Y RESÚMENES.

RESUMEN DE "Los girasoles ciegos": repasad los textos de la antología, los comentarios de clase, la localización de la obra y el autor (seguir el modelo visto para la obra de Unamuno y Sepúlveda). Puede servir lo visto en el tema de la narrativa y de la novela de posguerra.
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UN EJEMPLO DE COMENTARIO DE UN TEXTO LÍRICO.
Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras.
Localización
Pedro Salinas califica su libro La voz a ti debida como “poema”, es decir, como un todo único e indivisible. Entre los versos aparecen espacios en blanco, formando textos analizables como entidades específicas, pero estas separaciones no coinciden en las diversas ediciones. Este texto cortresponde al fragmento 41 (vv. 1449-1470). Se encuentra, pues, en la segunda mitad del libro. Esta segunda parte ofrece, por lo general, un tono más pesimista que la primera, que se acrecentará en Razón de amor, siguiente obra de Salinas. Al llegar a estos versos, el amor optimista va encontrando obstáculos. El poeta desea lo mejor de la amada, y esta exigencia le acarrea dificultades, hasta el punto de dudar del amor de ella (vv. 1385-1406). Quizás por eso estos versos intentan una “reconciliación” y aclaran sus intenciones.
Análisis del contenido
El poema refleja la búsqueda del “Tú” esencial, de la esencia de la mujer, de su personalidad más íntima y verdadera, escondida detrás de las apariencias. El poeta desea encontrar “tu mejor tú”(v.6), aunque el proceso pueda resultar doloroso (y por eso debe pedir perdón en los versos 1 y 4-). No estamos, pues, ante un amor imposible, pero sí difícil. La necesidad de autenticidad introduce esta dificultad en el hecho amoroso. No se busca a una mujer más, sino al “Tú” ideal, y este proceso puede producir dolor (no olvidemos que el dolor, en la poesía de Salinas, es la “última forma/ de amar” (vv. 2192-93).
Precisamente por este punto comienza el poema: una doble petición de perdón, por la torpeza en la búsqueda (1-3) y por el posible dolor causado (4), aunque siempre con intención positiva, ya que se desea encontrar “tu mejor tú”, el ser escondido en un fondo “preciosísimo” (5-8). A partir de este momento, el poeta habla como si la búsqueda hubiese dado ya fruto (9-12), y se vuelve a iniciar un nuevo proceso de búsqueda, esta vez por parte del tú (13-22), que encontraría su auténtico ser, libre de pasado (17-18) y dispuesto a amar. Se cumple un proceso de purificación de la amada para encontrar su auténtico ser, un proceso de abandono de todo lo anecdótico (se ha hablado de un “misticismo profano” en Salinas: vía purgativa (catarsis) y vía unitiva: unión amado-amada. En este poema es más aprecieble el ascetismo, el proceso de perfeccionamiento). Sorprende el aparente contrasentido del último verso (“la nueva criatura que tú eras”): el poeta busca no a una mujer distinta, sino a la que ya era (en el libro ya asistimos con anterioridad al encuentro amoroso plenos del “tú” con el “yo”) y dejó de ser. Manifiesta la necesidad de recuperar un ser desprovisto de pasado y que transciende lo superficial; es el “ansia/ de irse dejando atrás/ anécdotas, vestidos y caricias,/ de llegar,/ atravesando todo/ lo que en ti cambia,/ a lo desnudo y a lo perdurable” (vv. 838-844; estos versos nos pueden aclarar el sentido del texto que analizamos). El poeta ha visto cómo la mujer, el “tú’, ha ido cambiando (v. 853) hacia lo inauténtico, y él desea recuperarla. Se considera “poseedor” del espíritu verdadero del “tú” (v. 856), pero es ella quien debe buscarse a sí misma..
En definitiva, el poeta desea (en este como en muchos otros poemas en La voz a ti debida) llegar al ser auténtico de la amada, recuperar el amor y, de paso, fortalecerlo y afianzarlo para que ella realice paralelamente el mismo proceso.
La estructura, ya esbozada en la explicación,puede ser resumida en el siguiente esquema:
1-12: Búsqueda por parte del Yo
1-8: Petición de perdón por la búsqueda
9-12: Encuentro del tú esencial
13-22: Búsqueda por parte del Tú. Proceso de catarsis.
Análisis de la forma
Aparentemente, este texto no ofrece muchas dificultades. Es fácil de entender pero en él encontramos aspectos muy interesantes que comentar.
Posee una métrica habitual en los poemas de La voz a ti debida: versos blancos, irregulares, con algunas rimas asonantes (la rima en “e-o” se repite cinco veces: “dentro”, “veo”, “cogerlo”, “quiero”, “ascendiendo”.). Hay doce versos endecasílabos, todos comunes (la mayoría heroicos o melódicos) y seis heptasílabos. En 18 de los 22 versos recae el acento principal en la sexta sílaba. Existe, pues, una fuerte uniformidad rítmica, que hace que podamos considerarla como una Silva de verso blanco. Modalidad versolibrista de la silva libre, en la que se combinan versos que poseen el mismo ritmo (yámbico o trocaico), aunque distinta medida. La silva de verso blanco yámbica, con combinaciones de versos de 11, 7, 9, 5, 14… es una de las combinaciones no estróficas más recurrentes de la poesía contemporánea.Es interesante observar el predominio de versos endecasílabos en la parte final del texto, con lo que la “ascensión” que el poeta le pide a su amada se ve complementada con esta “ascensión” en el número de sílabas de los versos finales.
El poema se inicia con cierta brusquedad fonética. La aliteración de consonantes dentales (vv. 1-3) refuerzan la sensación de torpeza y dolor, nota predominante en estos primeros versos. Esta idea se ve recalcada por los términos usados (“torpemente”, “dolor”).
En el terreno morfosintáctico, se observa una característica típica del estilo de Salinas: existe una gran cantidad de pronombres personales: cinco de primera persona (me, yo), y once de segunta persona (tú, ti, te), además de otros cinco determinantes posesivos (uno de primera persona y cuatro de segunda). La ausencia de nombres propios se justifica porque nos encontramos ante un proceso de búsqueda de esencias (“¡Qué alegría más alta:/ vivir en los pronombres!” -vv.496-497), búsqueda que constituye el eje del poema.
Por el contrario, tan sólo aparecen tres adjetivos: “preciosísimo” (refiriéndose al “fondo”, a la esencia de la amada), “rosadas” (nos remite al canon de belleza clásico; es un adjetivo habitual en Salinas) y “nueva”, en el último verso de este poema (formando una Antítesis.(“nueva”-”eras”) a la que antes aludimos).
El verbo “viste” (v.7) admite un doble significado (de ahí que podamos hablar de Dilogía: puede proceder de “ver” (tu mejor tú, que hasta ahora no has visto) o de “vestir” (tu mejor tú está dentro, no forma parte de tu vestimenta). Los dos sentidos se complementan, aunque es más probable que se emplee con el sentido primero (en correlación con el “veo” del mismo verso). A continuación (v.8) aparece una
Metáfora: el poeta es un “nadador por tu fondo”, un buceador que busca el ser escondido.
Cuando consigue encontrar el ser auténtico (vv.9-10, que se refuerzan con un
Paralelismo sintáctico), describe cómo expondría su logro mediante un<Símil: “como tiene/ el árbol la luz última/ que le ha encontrado al sol”; es decir, intentando aprovechar al máximo cada instante, porque sabe que este momento de plenitud tardará en repetirse. Una antítesis une las dos primeras partes del poema: el verdadero “tú” se encuentra en el fondo (v. 8), y el poeta quiere tenerlo “en alto” (v. 10).
En el verso 12 queda claro qué debe hacer el “yo” en esta búsqueda: su papel es el del árbol, que “le ha encontrado al sol” la lúz. Es decir, el “yo” no es estático, no se limita a recibir, sino que, como el árbol, debe esforzarse para arrancar la luz última.
En la última parte del poema observamos una aparente incongruencia (v.16): la mujer necesitará estar subida sobre sí misma para llegar a encontrarse. Es decir, debe salir de su cuerpo (accidental) para quedarse en lo únicamente esencial. De nuevo percibimos el ascetismo de la concepción amorosa saliniana. Hay que abandonar el propio cuerpo, en un proceso de ascensión. Así es como el “yo” quiere al “tú”: por encima de todo, de su pasado y de sus limitaciones. Representa el amor al tú verdadero pero escondido. Esta búsqueda tampoco será fácil. Requiere un esfuerzo, una “tensión” para lograr ascender “de ti a ti misma”, de ti a tu auténtico “tú”. Las contradicciones quedan resueltas cuando conocemos la concepción saliniana de la relación amorosa, plasmada magníficamente en estos versos.
Conclusiones
Salinas, con un léxico accesible, aparente escasez de recursos y gran profundidad, ha sabido reflejar en este poema su deseo de reencontrar a la amada, de reiniciar una relación que sólo podrá ser fructífera si se basa en la autenticidad. Autenticidad, junto con Belleza e Ingenio, son los pilares básicos de su poesía. Con esos presupuestos ha logrado un poema de gran calidad. No es extraño que Salinas se haya ganado, dentro de su generación, el sobrenombre de “poeta del amor”.






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